13.6.08

ELEGIR UN TOLDO


Con el verano a la vuelta de la esquina, se hace necesario prepararnos para el calor.

Una de las medidas de protección contra la radiación solar es elegir un buen toldo para nuestro hogar.

Tener toldo aporta tres ventajas fundamentales:

- Bloquea el 90% de los rayos ultravioletas.
- Disminuye la temperatura de 2º a 5º y contribuye al ahorro de energía.
- Protege de la intensidad de la luz y del deslumbramiento a nuestros ojos.

Para elegir el tamaño del toldo hay que tener en cuenta:

El ancho del toldo, la salida del toldo, la inclinación y la situación geográfica. De ello va a depender la cantidad de sombra que proporcione. Por ejemplo, si está orientado totalmente al sur, la lona de 2,5 m de salida, por la tarde, dará apenas 1 m de sombra.

Lo siguiente que hay que preguntarse es dónde ubicaremos el toldo:

Para la terraza o el jardín, el adecuado es el toldo extensible de brazo invisible, que se adapta la mayoría de las arquitecturas y tiene una gran variedad de dimensiones.

Existen tres tipos según la medida de protección del propio toldo:

- El brazo invisible protegido con un tejadillo de aluminio.
- El protegido por contenedor o casette donde se guarda el tubo de enrolle y la lona, quedando en el exterior los brazos y el colgante, que es la “faldita” que cuelga una vez enrollado.
- El toldo cofre ofrece la mayor protección para el toldo, quedando lona y brazos dentro de la caja. Normalmente carecen de colgante.

Para las ventanas, los profesionales recomiendan dos variedades.

- El vertical, paralelo al acristalamiento muy eficaz como climatizador natural.
- El oblicuo que consiste en colocar toldos de punto recto en la parte superior de la ventana y permite regular la inclinación para ofrecer más o menos sombra.

Para las fachadas de tiendas y oficinas el toldo vertical es una solución simple y eficaz, que se adapta a la arquitectura de cada edificio y regula la luz y el calor exteriores.

Para hoteles y restaurantes, la forma redondeada de la capota se adapta perfectamente cualquier fachada, pudiendo confeccionarse en lona acrílica o tejidos recubiertos de PVC, muy apropiados para la rotulación.

Si dispone de una varanda o acristalamiento exterior, también puede mantener una temperatura estable dentro de la misma con un toldo de lona, que conservará el calor en invierno y refrescará en el verano.

Las velas solares o los modelos móviles que se desplazan sin esfuerzo, proporcionan un fresco refugio de sombra en cualquier parte del jardín o cerca de la piscina.

El tipo de lona que elijamos para nuestro toldo va a determinar, su duración y la sensación que nos transmite:

Una lona de fibra acrílica teñida en masa es la que proporciona mayor resistencia al aire libre y un mayor aislamiento térmico. Los colores son duraderos y se les suele añadir un tratamiento repelente al agua.

Las lonas más innovadoras son las microperforadas elaboradas a partir de fibras de poliéster recubierta de PVC, de gran durabilidad y fácil limpieza. Se recomiendan para ventanales y acristalamientos, porque además de regular la luz y el calor, protegen de miradas indiscretas conservando la visibilidad del exterior.

En cuanto al color, existe en el mercado una gran surtido: lisos, a rayas uniformes o de distinto grosor, fantasías etc..., que convierte nuestro toldo en un importante elemento decorativo.

Para aprovechar al máximo el exterior de nuestra casa y trasladar el salón a nuestro jardín, no hace falta realizar grandes obras. Basta con instalar el toldo adecuado.

Y después, sensaciones como desayunar en el Ritz o cenar bajo una jaima árabe dependerán de la imaginación de cada uno...


En MadridServicios.com podrá encontrar empresas de toldos.


Por P. Grau