En este mundo electrónico digital en el que vivimos actualmente, todos conocemos auténticos ases de la informática, aunque no sean informáticos:
Se manejan con el ordenador estupendamente, siempre tienen una solución para cada problema y consiguen hacer virguerías con sus programas. Programas que manejamos todos pero seguramente en una versión prehistórica, porque no encontramos ni una opción de las que nos cuentan, aunque lo acabemos de adquirir.
La conclusión a la que he llegado después de “mucho sufrir” delante de un ordenador, es que debo ser del otro tipo de personas que también abunda en nuestra era: Los sirvientes del ordenador.
Para este grupo, su ordenador es un compañero de trabajo caprichoso y tirano al que hay que mimar para que no se enfade.
Encender todos los días a “MI AMO”, es una auténtica aventura, sobre todo si la jornada se presenta complicada, con miles de cosas que sacar adelante.
-¡Valla!, parece que hoy tarda más de la cuenta en arrancar, ¡pufffff!, me temo lo peor. No te enfades, please.
“Any key....“ - Ah!, me dejé algo metido, ya está. ¡ARRANCA......BIEN!
Tiro de agenda: tres cartas, varias consultas en internet, operaciones bancos, facturación, ¡oh Dios! vencen impuestos...
Procesador de textos: casi acabo de empezar con la primera carta y ya me quiere instalar un corrector ortográfico de inglés. - NO, NO QUIERO.
“Con ayuda?.....”, - NO TAMPOCO. Pero el mensaje se repite cada dos líneas. Me desespero. Paso a otra cosa.
Entro en mi explorador, “...no puede mostrar página web”. Busco diagnóstico. No entiendo nada de lo cuenta.
Siguiente consulta: ¡ Hombre, en La Agencia Tributaria sí entra!
Listados interminables de impuestos. Busco el mío. Para rellenarlo hay que bajar programa. Sigo las instrucciones.- Pues... NO BAJA. Consulto por teléfono. Hablo con una máquina. “ACTIVE LOS COOKIES”. - ¿Los que?. Oiga, si yo lo único que quiero es PAGAR...
Prefiero facturar, es monótono pero relajado. Primeras facturas sin problemas. Llega la hora de la verdad. HAY QUE IMPRIMIR. Esto necesita hacerse con mucho tacto:
- ¿Señorita Hp le importaría sacarme unos documentos muy cortitos?...
Por su respuesta intuyo que no está de humor. Escupe cinco hojas en blanco antes de imprimir la primera y para la segunda coge tres papeles y se atasca.
Mi estado de nervios va en aumento, tiro de los papeles atascados y se resiste a soltarlos, tengo que abrirla por detrás.
Vuelvo a empezar. Esta vez, además de escupir papeles sin control se niega a imprimir. Anulo documentos pero no obedece. No hay marcha atrás. Doy a todos los botones posibles de anulación de órdenes...
Ocurre lo peor. Mi amo responde:
-YA ME HAS CABREADO. HAS COMETIDO UN ERROR IMPERDONABLE Y TE HAS MEADO EN LA PANTALLA. COMO CASTIGO, ME APAGO SIN GUARDAR.
Me quedo pensativa intentando recordar en qué momento ha podido ocurrir.
- ¿Que yo he hecho qué?... ¡Y encima MENTIROSO!
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Por P. Grau
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